martes, 5 de febrero de 2008

CLXIV Representación de la pasión de Cristo en Iztapalapa D.F.


CLXIV Representación de la pasión de Cristo en Iztapalapa D.F. 1843.

בֵּית מִדְרָשׁ מָאוֹר בָּעוֹלָם
בית מדרש של רבי יהושע בן יוסף מנצרת הוא המשיח



El Vía Crucis es el camino de la cruz, el recorrido que hace Jesús coronado de espinas, cargando el travesaño donde será clavado, hacia la cima del monte Calvario. Jesús recibe los azotes e insultos de la guardia romana, cae exhausto en tres ocasiones y vive además el inmenso dolor de su madre, María, quien presencia el recorrido de su sacrificio público.


En Iztapalapa, la Representación de la Pasión de Cristo se realiza desde el año 1843, cuando una epidemia de cólera morbus impactó mortalmente a sus habitantes. Luego de haber implorado ayuda al Señor del Santo Sepulcro de la Cuevita, y tras no registrarse una muerte más, 10 años después, los iztapalapenses expresaron su agradecimiento organizando la primera Representación de la Pasión de Cristo como parte de este tributo.


Tan viva ayer como en el presente, Iztapalapa se convierte en la antigua Jerusalén y sus calles representan la vía dolorosa de Jesucristo. En estos días actores y espectadores se funden en un mismo escenario en el que se recuerda la última cena de Jesús, con sus 12 discípulos; la traición de Judas, quien entregó a Jesucristo para que fuera sentenciado y condenado a muerte; el Vía Crucis, la Crucifixión; y por segundo año consecutivo, la Resurrección de Cristo, misma que se realiza la noche del sábado, enriqueciendo aún más la visión cultural y religiosa del pueblo de Iztapalapa sobre la vida y muerte de Jesús de Nazaret.


La muerte de Jesús en la cruz marca el fin del Vía Crucis y la resurrección será el último capítulo de la Representación. Tras finalizar, miles de visitantes emprenden el retiro con su fe fortalecida y dispuestos a regresar cuando Iztapalapa se convierta nuevamente en Jerusalén, en una fiesta que simboliza la renovación de la humanidad misma.


La Representación de la Pasión en los ocho barrios de Iztapalapa.

Sin duda la Representación de Semana Santa en el pueblo de Iztapalapa es la más significativa de las que se llevan a cabo en toda la República Mexicana, debido no solo al número de actores que participan, sino a la cantidad de personas que visitan esta localidad en Jueves y Viernes Santo, lo que la ubica también entre las más importantes del mundo. Es una festividad que da identidad a Iztapalapa, convirtiéndola en centro de la atención de millones de personas.


Esta tradición nació cuando una epidemia de cólera morbus atacó a los habitantes en 1833, dejando a su paso una gran cantidad de muertes. No se dispone de datos suficientes para saber cuantas personas fallecieron, pero se tiene la certeza de la epidemia en un libro de entierros de la Parroquia de San Lucas.


"En dos de septiembre de Mil ochocientos treinta y tres tomé posesión de este curato en el de Interino por nombramiento del Ilustrísimo y Venerable Cabildo y quedan en blanco las hojas anteriores para que cuando se restablezca el Bachiller Don Miguel Guerrero, que era el encargado de esta Parroquia, puedan asentar las partidas pertenecientes a su tiempo y las que en apunte habrán sueltas en el Libro de bautismos, pues el mucho trabajo e la presente Epidemia del Cólera Morbus no le dio lugar para escribirlas en sus propios Libros, por lo cual en los demás Libros haré lo mismo para que de esta fecha que son a mi cargo, se asienten las partidas corrientes, y para que conste lo firmo en Yxtapalapa a 2 días del mes de Septiembre de 1833. Luís Alonzo."
Se dice que una procesión de niños y jóvenes acudió al Santuario a pedir al Señor del Santo Sepulcro que los ayudara con la erradicación de la epidemia y se celebro una misa. Era el mes de septiembre y para el 14 de octubre se registró la última muerte por cólera, considerando entonces los pobladores que la imagen les concedió el favor solicitado. En agradecimiento, los habitantes de Iztapalapa prometieron celebrar cada año una misa para recordar el favor recibido, se instituyó así la fiesta de "Los Solteros de Septiembre".


Como otra muestra de agradecimiento, dio inicio la representación de Semana Santa a partir de 1843.


Las procesiones y representaciones se hacían antes con imágenes escultóricas pertenecientes a la Parroquia de San Lucas y al Santuario del Señor de la Cuevita, aunque se ha perdido en la memoria hasta que año fue así y en que momento empezaron a ser los habitantes nativos del pueblo los que encarnaron a cada uno de los personajes. Sin embargo, hay algunas imágenes que siguen siendo parte importante en las procesiones y en algunas escenas de la Representación de Semana Santa.


El Domingo de Ramos una imagen del Señor de Jerusalén es tomada de la casa del mayordomo en turno para ir en la procesión por diferentes calles del pueblo hasta llegar al medio día a la parroquia de San Lucas a escuchar misa; al terminar ésta, el recorrido continúa hasta llegar al Santuario del Señor de la Cuevita, donde la imagen sólo va de visita y luego regresa a la casa del mayordomo, quien invita a los acompañantes a comer. Desde hace unos 30 años la imagen escolta la procesión del domingo de Ramos y cada año cambia esta mayordomía. Esta es una de las mayordomías más importantes del pueblo.


El Jueves Santo otra imagen participa en la Representación, es una del Divino Salvador, que pertenece a la parroquia de San Lucas, en cuyo interior, justo al cruzar la puerta principal, se le coloca en una prisión que se adorna con diversas frutas, aludiendo al Huerto de los Olivos, y permanece ahí toda la noche.


La Dolorosa, que tiene su altar también en la parroquia de San Lucas, acompaña la procesión del silencio el Viernes Santo por la noche; es llevada al Santuario del Señor de la Cuevita y ahí permanece incluso hasta el día lunes, cuando vuelve a su templo. En la procesión también fue llevada por algún tiempo la imagen del Señor del Santo Sepulcro, pero luego de ser restaurada, y por consejo de los restauradores y de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ya no ha sido posible sacarla. Fue importante la visita que esta imagen hizo a cada uno de los ocho barrios en 1975 con motivo del Centenario del Santuario.


El resto de las imágenes que fueron algún tiempo protagonistas de la Representación de Semana Santa en Iztapalapa se encuentran en la parroquia de San Lucas y en el Santuario de la Cuevita, aunque la de Simón Cirineo, por su mal estado de conservación, ha quedado olvidada en una bodega del Santuario. Y otras definitivamente se perdieron.


Actualmente existe un Comité Organizador de Semana Santa (instituido como Asociación Civil) cuya mesa directiva esta conformada por un presidente, un vicepresidente, un secretario, un tesorero y cinco vocales. La convocatoria para los personajes principales es colocada en espacios públicos en enero, y a finales del mismo mes se inician los ensayos en la casa del señor Juan Cano Martínez.
Es requisito indispensable que los participantes sean nativos del pueblo, en el caso de Jesús y la Virgen Maria deben ser solteros. Participan alrededor de 150 actores, algunos han representado su papel por varios años, cada uno compra su vestuario y para gastos de organización y escenarios, el Comité Organizador solicita cuotas voluntarias a locatarios de mercados cercanos a los habitantes del pueblo y a los nazarenos.


El apoyo logístico y económico por parte de las autoridades delegacionales es muy importante. Los remanentes de cada escenificación se depositan en una cuenta bancaria y pueden ser utilizados para gastos funerarios en caso de fallecimiento de uno de los socios o de algún familiar.


La Representación inicia el Domingo de Ramos con una procesión de los actores, nazarenos y vecinos, que parte de la calle Aztecas y se dirige con la imagen del Señor de Jerusalén a la parroquia de San Lucas para la bendición de las palmas.
En la procesión destaca el clarín que acompaña a la Virgen con la Magdalena.
Luego se dirigen al Santuario del Señor de la Cuevita simulando la entrada de Jesús a Jerusalén; la peregrinación continúa unas horas más.


El Jueves Santo se hace una procesión que alude a la visita de las siete casas, aunque en este caso se visitan los ocho barrios del pueblo: San Lucas, San Miguel, Santa Bárbara, San Pedro, San Pablo, La asunción, San José y San Ignacio; posteriormente se dirigen al Santuario de la cuevita, donde se celebra una misa.


Por la noche, en la explanada del Jardín Cuitláhuac, se escenifica la ultima cena, decorado con columnas romanas, al otro lado de la explanada, un escenario monumental con escaleras color rojo servirá de corte romana al día siguiente. Después del Ángel, Cristo y los apóstoles suben las escaleras, celebran la Cena, y al término de la misma se hace el Lavatorio de Pies.


Aproximadamente a las 22:00 horas, se dirigen al Cerro de la Estrella para representar la Oración del Huerto de los Olivos. El diablo aparece tras una llamada para decirle a Jesús que no vale la pena sacrificarse por los hombres. Al final, el diablo desaparece y el acto culmina con la frase ¡Hágase señor tu santa voluntad!


En forma simultanea, se lleva a cabo en la explanada del Jardín Cuitláhuac el Segundo Concilio y la Venta de Jesús por Judas Iscariote, luego, el primero será aprehendido en el Huerto de los Olivos.


El Viernes Santo inicia a las 9:00 horas con una procesión por los ocho barrios que culmina en el escenario de la explanada del Jardín Cuitláhuac. Jesús es traído de la cárcel (ubicada en la casa de los ensayos) y es presentado a Poncio Pilato quien lo mandara a la corte de Herodes, quien le pedirá que haga el milagro de resucitar a David para creerle que es Hijo de Dios. Como Jesús se niega, es enviado nuevamente con Pilato, y finalmente dicta la sentencia anunciada por los clarines.


También Barrabás ha entrado a escena al forcejear con los soldados romanos.
Jesús es azotado y ceñido con una corona de espinas reales. De fondo, la "marcha dragona".


Sigue entonces la procesión del Vía Crucis, una vez que los sayones entregan a Jesús la cruz de 90 kilos. En el trayecto se representan las tres caídas: la primera en la calle de Ayuntamiento, la segunda en Cuauhtémoc y la tercera en la esquina de Cuauhtémoc y Lerdo, lugar denominado "el pocito", donde la Verónica sale al encuentro de Jesús.


Mas adelante, en la calle Estrella, donde inicia el ascenso al Cerro de la Estrella convertido en Gólgota o Monte Calvario, la samaritana ofrece agua a Jesús y Simón Cirineo le ayuda a cargar la cruz. Lo han acompañado más de dos mil nazarenos (conformados en una asociación desde 1895) vestidos con túnicas moradas, coronas de espinas adornadas con flores y cargando cruces de todos tamaños, algunos van descalzos, también soldados a caballo. En total, se recorren cerca de cuatro kilómetros.


Alrededor de las 15:00 horas culmina la representación con la crucifixión de Jesús, junto con Dimas y Gestas, y con el ahorcamiento de Judas a un costado.
Destaca, además, el momento en que las cruces de todos los nazarenos son colocadas de forma vertical justo a la muerte de Cristo. Al bajar del Cerro de la Estrella se hace la "procesión del silencio" por los ocho barrios, que culmina en el Santuario de la Cuevita.


Este Sábado de Gloria se llevara a cabo la Resurrección de Cristo, pasaje que desde hace mas de 30 años no se realiza.
Los barrios del pueblo de Iztapalapa y sus festividades.
Sabemos que una de las divisiones territoriales prehispánicas que subsistieron durante la Colonia fueron los barrios, que congregaban grupos con estrechos lazos familiares, económicos y de amistad. En el caso de Iztapalapa, en libros de sacramentos del siglo XVII aparecen nombres como Ticomán, Ayacac, Tezcacohua, Tecalco, Huitzillan, Tocuillan, entre otros, que luego irán desapareciendo.


Hasta ahora no ha sido posible conocer con precisión el origen de la división del pueblo de Iztapalapa en ocho barrios con los nombres cristianos que ahora tienen; es de señalarse también que los barrios no surgieron al mismo tiempo, por lo menos así lo hacen suponer las partidas de nacimientos o matrimonios que aparecen en los antiguos libros parroquiales de San Lucas Evangelista en los que, por ejemplo, se menciona por primera vez al barrio de San Miguel en 1720, o al barrio de Santa Bárbara en 1734. Las referencias a los demás barrios irán apareciendo poco a poco. A partir de 1898 se empezaron a nombrar los ocho barrios de Iztapalapa con nombres cristianos, abandonando los antiguos nombres prehispánicos (Libro 20 de entierros, 1823-1899, Archivo Parroquial, f. 147 y SS.).


A principios del siglo XX se fraccionaron los ejidos con base en esta organización del pueblo para repartirlos entre sus habitantes. ".la inmensa mayoría votó porque se fraccionaran los ejidos por barrios, dado que la organización del pueblo esta dividida en ocho secciones y se adjudicara a cada una de ellas una fracción proporcional de "La Cortadura" y la "La Albarradita", abriéndose acalotes o canales de comunicación para facilitar la explotación." (Carta del presidente de la Comisión Local Agraria del Distrito Federal, al Presidente de la Comisión Nacional Agraria, 11-octubre-1920, Archivo Histórico de la Reforma Agraria).


Además de esta organización del pueblo, ha existido la tradición de dividirlo en dos "mitades", según cuentan los propios habitantes, correspondientes a nombres de antiguos parajes del lugar, y en las que quedan integrados los barrios, aunque no en el mismo número. La mitad llamada Atlalilco ("donde se represa el agua") incluye los barrios de San Lucas, Santa Bárbara y San Ignacio, y la otra "mitad", Axomulco o Izomulco ("donde sobresale el risco") los barrios de San Pedro, San Pablo, San José, La Asunción y San Miguel. Esta forma de división la emplean para la organización de algunas festividades, como la del Señor de la Cuevita.
Todos los barrios están identificados con un sentir común: sus festividades religiosas. Cada uno ha construido su propia capilla dedicada al santo que les da nombre y en conjunto, como pueblo de Iztapalapa, su patrón principal es San Lucas Evangelista que se encuentra en la parroquia. La capilla, dedicada también a San Lucas y construida entre 1946 y 1947 con la cooperación voluntaria de la feligresía, fue bendecida por el Arzobispo primado de México Don Luís Maria Martínez. La festividad se realiza el 18 de octubre.
En el barrio de San José hubo una pequeña capilla de ladrillo rojo, que funcionó por unos cien años hasta que fue sustituida por la capilla actual, que empezó a construirse en 1972. La fiesta titular es el 19 de marzo.
Para la construcción de la capilla del barrio de la Asunción en 1907, sus habitantes firmaron un contrato de compra venta con el señor Exiquio Ramírez, propietario de un paraje denominado Atongo, lugar donde provisionalmente ya había un altar. Hasta 1936 hubo una capilla hecha de adobe y en este año empezó la nueva obra. La fiesta patronal se celebra el 15 de agosto y tiene octava.
La construcción de la capilla de San Ignacio se inicio en 1940 y se dio por terminada en 1942, cuando se bendijo; su fiesta principal es el 31 de julio.


La capilla del barrio de San Miguel empezó a construirse en 1958 con la cooperación de sus habitantes y la donación del predio por parte del señor Antonio Gómez. El 29 de septiembre se realiza la fiesta patronal.
En el barrio de San Pablo, en 1947, el señor Patricio Ramírez dono un terreno para la construcción de la capilla, que se inició en 1948 y cuya primera etapa concluyo en 1952. En 1979 se terminaron de construir las torres. El 15 de enero es la fiesta del santo patrono.


La construcción de la capilla del barrio de San Pedro se inicio en 1945, terminándose diez años después. En 1982 se construyo la sacristía. En la fachada se encuentra una insignia Pontifical del Vaticano, porque San Pedro fue el primer Papa de la Iglesia. Su fiesta se celebra el 29 de junio.


Uno de los barrios más antiguos, según algunos documentos, es el de Santa Bárbara, y su capilla actual empezó a construirse por el año 1945, aunque de 1975 a 1980 terminaron de construirse las torres y la fachada. La fiesta principal se celebra el 4 de diciembre.


Pero estas no son las únicas fechas de celebración. En Iztapalapa, a través de las mayordomías, hay constantes festividades religiosas y peregrinaciones. Es un pueblo devoto y fiestero.


Los ocho barrios de Iztapalapa son el gran escenario de la representación de Semana Santa. También los pueblos de San Lorenzo Tezonco, Santiago Acahualtepec, Culhuacán, Los Reyes Culhuacán, Santa Martha Acatitla y Santa Maria Aztahuacán, además de los residentes de la Unidad Habitacional Vicente Guerrero, los vecinos de la colonia Tenorios, y Lomas de Santa Cruz, representan la escenificación de la pasión de Cristo, con características muy propias.
(Fragmento extraído de "La semana santa en Iztapalapa", investigación realizada por la historiadora Beatriz Ramírez González)


Consejo Directivo 2007, Comité Organizador de semana santa.

Roberto Guillen FloresPresidente

Jorge Ávila DomínguezVicepresidente

Juan De La Cruz Galicia CañasSecretario

Javier Villalobos AnayaTesorero

Alfonso Reyes RamírezVocal

José Refugio Acevedo ÁvilaVocal

Oscar Galicia RíosVocal

Guillermo Domínguez RosasVocal

Teodoro Narciso Reyes NeriaVocal

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